
Desembarco
De todos los que duró la travesía, el día 2 de diciembre representó quizás la prueba suprema al límite humano del tesón, a la resistencia extrema de que es capaz el cuerpo cuando lo vigoriza un ideal.
De todos los que duró la travesía, el día 2 de diciembre representó quizás la prueba suprema al límite humano del tesón, a la resistencia extrema de que es capaz el cuerpo cuando lo vigoriza un ideal.
Mapas y materiales respecto a la dispersión, crímenes y reencuentro en Cinco Palmas luego del desembarco.
Al partir de la Habana hacia México, el 7 de julio de 1955, el joven líder revolucionario Fidel Castro expresó “Ya estoy haciendo la maleta para marcharme de Cuba, aunque hasta el dinero del pasaporte he tenido que pedirlo prestado, porque no se va ningún millonario, sino un cubano que todo lo ha dado y lo dará por Cuba. Las puertas adecuadas a la lucha civil me las han cerrado todas. Como martiano, pienso que ha llegado la hora de tomar los derechos y no pedirlos, de arrancarlos en vez de mendigarlos. La paciencia cubana tiene límites (…) De viajes como este no se regresa, o se regresa con la tiranía descabezada a los pies.”
Muchos investigadores coinciden en plantear que su paradero está invisible en los textos históricos cubanos, en el periodo de 1956 a 1959. 7 días después del desembarco por Los Cayuelos, el 9 de diciembre de 1956, la revista Bohemia publicó “El yate Granma en que llegó parte de los revolucionarios fue conducido a remolque a Manzanillo. El segundo comandante del guardacostas 106 Las Villas de la Marina de Guerra Riggs Guerra se vanaglorió de haber ametrallado la embarcación y de llevar puestas, como trofeo de guerra, unas botas recogidas en el yate”.
El 25 de noviembre de 1956, desde el embarcadero del río Tuxpan, en el estado de Veracruz, México, el yate Granma inició su travesía hasta Los Cayuelos, a unos 2 kilómetros de la playa Las Coloradas, en la zona oriental de Cuba (actual municipio de Niquero, provincia Granma), donde encalló, el 2 de diciembre de 1956.
Construido en 1939 como embarcación de recreo, destinada a travesías cortas, con una capacidad teórica de 20 pasajeros. El Granma tiene una eslora de 63 pies y una manga de 15. El puntal mide 16 pies y la banda tiene una altura de 6 pies, con 10.5 pulgadas. Su desplazamiento máximo era de 48 toneladas, su autonomía de 43 horas y su velocidad crucero de 9 nudos, aunque al hallarse sobrecargado durante el viaje de Tuxpan a Cuba se desplazó a menos velocidad.